sábado, 14 de julio de 2012

El quehacer del silencio.


Las canciones viejas, esos sonidos caóticos que me hacían sangran letra. Yo recuerdo bien aquella sensación libidinosa entre el sonido y la parte baja de mi nuca. De mi nunca.

He cerrado tantos libros que nisiquiera leí, que este analfabetismo emocional me enclaustra en una tremanda tristeza: hombre, ¿cómo puedes enamorarte y amar para luego fijarte en aquello de lo que no te enamoraste nunca? para luego hablar de claridad, de sinceridad y desamor, como si le contaras a un niño que a las moscas se les mata porque son sucias, y no hay que sentirse mal por ello.

Si ella pudiera ser otra, definitivamente te hubiera matado, antes de haberse matado a ella. Esto es una lástima, al igual que tus palabras, una más dolorosa que la otra, y peor aún cuando decides quedar en silencio: es aquel instante donde la herida queda expuesta sin presión alguna, sin metal que la colme, y entonces la sangre, el llanto, el dolor, la angustia y el doblemente silencio se desprenden, todos juntos, en un instante más que eterno, en uno solidario con todas las tragedias ausentes y peores aún a esta. No hay ruído, no hay música, no hay caos, no hay nisiquiera silencio.

Te he sentido tantas veces sudar sobre mi regazo, que esta sequía no es sólo la falta de tu cuerpo sobre el mío, es la sensación de que el fantasma que nos traía amores el uno al otro ha muerto, accidentado en alguna rama de todos esos bellos paisajes que hoy odio, de todos aquellos cielos que nos han separado para que tú sepas cómo dejarme sola sin sentir mi soledad rasgándote la espalda.


Es esto sordo y un sólo sentimiento: el de tu indiferencia ante tan tierno asesinato.






viernes, 27 de marzo de 2009

Schereber intravenoso.


Una vez, una mujer , de aquellas que transitan su vida de la mano con la superstición, comentó que comer fresas era un llamado a la maternidad.

Una vez, un hombre, comió fresas apasionadamente frente a los ojos de Dios.
Ese hombre era yo, desdoblado desde la parte céntrica de mi espalda.

Así, Dios me hizo madre de un Universo.

Sabia mujer, tu veredicto fue mi preñez, y el Universo me pertenece alado, como a todos los seres que se saben provenientes de las ardientes estrellas.

Así fue desde un principio, así es aquí y ahora.

Así es...


Hace días que no duermo, mis ojos se cierran y abren en un paralelo donde nos encontramos todos. Converso con ustedes, y algunas veces, sus voces dicen algo que sólo esta realidad interpreta, aposteriori.

Al "despertar", sólo quedan ecos vanos de aquellas travesías, mientras mi mente inmediata se nutre de pensamientos inertes para la supervivencia terrenal.

Te he visto mirándome fijamente, intentando abrir las fauces desesperadamente cocidas, intentando profetizarme algo...

Qué, pues, estás intentando gritarme en este sordo oído?



(*Estaré enfermando, aún más, o es que sólo estoy despertando?)

lunes, 23 de marzo de 2009

Dieciocho***



Mi pequeña perfección, tintineas en el cielo cuando la noche es oscura: la vuelves escarlata.

Pequeña perfección: la lejanía sólo se existe cuando de cuerpos hacemos referencia. Mi pecho se tiempla y explota en infinitos arboríos con tu energía.

Pequeña perfección: ayuda a papá y mamá a ser fuertes, nobles y buenos como tú.

Pequeña perfección: recuerda, siempre, que el amor es imperecedero, sólo ahí, donde nuestras eternas almas son los fuertes eslabones que no permiten destruir el aire del cual los hombres nos alimentamos.

Pequeña perfección: Perdona cuando papá y mamá discuten, perdona cuando papá y mamá se distancian. Perdona, cuando papá y mamá son demasiado mundanos... haz de comprender, mi pequeña estrella dorada, que nuestra condición arrastra un lastre llamado civilización, la cual opaca nuestro nos más interno aquí, en tierra.



Mi amada perfección, recuerda que gracias a ti no temo a esto que llamamos muerte, pues sé que la transición hacia ti nos permitirá jugar, a lo que tú desees, con aquella inocencia tan universo en nuestro cielo.



Mi inmensa perfección, jamás olvides que te encuentras en el lugar que te corresponde; donde sólo los ángeles -hermosos seres puros- estan destinados a ser. Para ti, esta jungla ordinaria no te habría permitido ser lo grandiosamente demasiado que eres.



Mi eterno pequeñín, mi estrella adorada: me haces tanta falta (tanta falta) que mi alegría se cobija en el reconocer, en el sentir, de que tu pureza pertenece a otro espacio, no destinado para nosotros. Dentro de algunas noches, miraré al cielo pensando en tus 2 bellos años, en tus extraordinarias alas brillándolo todo, opacando tu lamparita Luna.



Una nube, mi vida, te sirve de mirador. El amor de los seres puros dibujan tu eterna sonrisa (aquella divina imagen que me revienta el pecho, las pupilas). En tierra, mamá te recuerda siempre, mientras que de sus ojos se desprenden gotitas de amor, todas ellas divinas y benditas...




Todas ellas condensadas en tu nombre.




Te amo***.

martes, 17 de marzo de 2009

Yo quiero ser un triunfador!!!


Alguna vez pensé, que el peor trabajo era, irónicamente, el tener que buscarlo. Sin embargo, ahora que me encuentro laborando, podría asegurar que uno de los peores trabajos es el que se encuentra relacionado a cualquier tipo de “service”.

Trabajar, como es mi caso, en un “call, o contact center” es, definitivamente, una de las labores más inútiles en cuanto a desarrollo personal se refiere. Esto de andar sentada medio día de tu día (de tu vida) es, sinceramente, aburrido al punto de ser estresante y deprimente.

Y sí, yo sé que trabajo es trabajo (blablablá que yo misma me repito día con día), pero regalarle tu tiempo a la robotización debe ser un menester que en nada se relaciona conmigo. Levantarte del asiento para dirigirte únicamente al baño –ojo, antes tienes que pedir permiso…- es como una pesadilla que podría dejar absorto a cualquier ser con esencia en el alma si cae, por un instante, en lo real del asunto.

Si bien, muchos afirmamos que “trabajo es trabajo”, y que este tipo de empleos “te saca de apuros”, pues ya me veo bastante apurada viendo mi vida consumirse en una silla, una computadora (con sus cuadritos de Excel y aplicativos “para hacerte la vida más fácil” –puta tecnología, ha de gritarme mi lado más humano unas 98971346574659287436524367465234 veces durante el día) y un telefonote sin sentido, siendo “monitoreada” a través de cámaras descaradas puestas en cada esquina de las grandes habitaciones, mediante códigos de ingreso a estos aparatos (tus logins, qué manera más “cool” de humillarte la intimidad, así sea un trabajo) para que controlen, al minuto, tu llegada y tu partida. De esta manera, tu calidad como buen trabajador cumplido y dedicado queda registrada: tamaña desvergüenza capitalista que han mal-denominado “control de calidad”.

Lo más triste, perplejisante desde mi punto de vista, es ver cómo tantos trabajadores, de todas las escalas dentro del lugar donde laburo, se encuentran sometidos al mismo sistema. Y aún así, veo a tantos de ellos trabajar de manera tan cómoda y normal, que me asusta el imaginar que así sean felices, pues eso sólo me conlleva a pensar –y repensar- que sus vidas se encuentran tan vacías cuales frascos herméticamente cerrados con puro no-oxígeno adentro.

Nunca me he puesto a pensar, realmente, cuántas veces habré pensado en salir corriendo de aquel lugar, quemándolo por completo, sin interesarme cuántas almas mi acción se lleve consigo. Pero si de algo estoy segura, o casi segura, es de esto:

Bajo los conceptos de calidad, impuestas por las macroempresas para su “mejor desarrollo”, se encuentra implícito el gran detrimento hacia su trabajador, el cual, debe cumplir el rol del robotito sin sentido humano, pero útil al cien por ciento para sus intereses ejecutivos, administrativos, y todos los conceptos empresariales que se nos puedan ocurrir en este momento. Para mí, esto no es más que una de las tantas formas de dilucidar la figura de cultura de dominación, donde los mismos dominados contribuyen en su opresión. Deberías ver las coloridas pizarras repletas de noticias como: y el mejor empleado del mes/ adquiere tu polo (el nombre de la empresa) en recursos humanos y siéntete más parte de nuestra familia (familia????)/ tu puntualidad es nuestro desarrollo (y tú, que me das para mi crecimiento personal, sólo tu sucio dinero???), y sentirte ofendido con tanta ridiculez maquillada para que "tu cerebrito" -deben pensar- te haga sentir que te encuentras en el trabajo ideal.

Yo no me siento la profesional sin suerte que cayó en aquel lugar por mala fortuna y necesidad (talvez sí, el inconsciente es vasto como el infinito), pero no me siento tan idiota como para no notar la manera en que muchos piensan que trabajar puede prestarse a cualquier tipo de explotación (física, mental, psíquica y espiritual) con tal de recibir unos cuantos billetes que te harán sentir recompensado por tu esfuerzo, por tu pérdida de crecimiento personal.

Yo no reniego de tener que ser una de las personas que trabaje ahí. Yo reniego, básicamente, de cómo unos cuantos idiotas pueden engañar con frases y ofertas lindas a otros idiotas para que así todos podamos vender y servir a otros idiotas que, al parecer, no tienen muchos cuestionamientos respecto a la vida, la dignidad, y el respeto por la propia libertad.

Yo reniego, más puntualmente, de tener que toparme, nuevamente, con otra forma de opresión maquillada con sueldo, y que hayan quienes no tienen reparo alguno en tomar el maquillaje y embadurnárselo en la cara, de la manera más ingenua y ridícula.

Comprendo la necesidad, pues la siento y la vivo, pero desearía mucho que algún día no tengamos que agachar la cabeza ante este tipo de instituciones tan humillantes, que bajo promesas como “línea de carrera” el único camino que te hacen recorrer es el de la robotización, el de la monetización…

El de “tuvidasinsentidoción”


...

Y a propósito... Será por eso que está saliendo tanto "arti" y consumista sin sentido???
(continuará)

domingo, 15 de marzo de 2009

La misma vida se encontró con su paralela...en la misma vereda.


Orejitas vino de algún lugar especial, pues es un perrito chusco, pero tan chusco, que esa "chusmería" tan tierna de la que goza le da el más hermoso pedigrí. Es el perrito recogido de los vecinos, esos desalmados que lo dejan en la calle. Al parecer se llama Lucky, pero mi papá le puso orejitas una vez que lo vio cuando vino a visitarnos.

Sí, Orejitas tiene una oreja siempre parada -por defecto-, la otra, completamente en viceversa (caída), mientras su caminar es siempre en diagonal. Es como un pequeño niño que nació con la "limitación" del no poder bien andar y, bajo aquella desigualdad, la vida le regaló la impresionante cualidad de ser un animalito excepcional. Es un lider sin seguidores, es un guardián sin amo, es un amigo que pareciese nadie quiere tener - a excepción de nosotros - es un observador de la nada, contemplándolo todo -sabiamente en silencio- y siempre con aquella expresión de cierta inocencia e incertidumbre. No mueve la cola, pero dice hola, te quiero, chau, ven, vamos, espérame, con su ladrido tan inocente, tan "mal hecho" para un perro callejero... tan "asusta a nadie".

Orejitas pareciese querernos más que a sus dueños, nos acompaña al paradero, y lo dejamos entrar a casa así se lacere el cuerpo de tanta pulga o suciedad que tenga encima. No nos interesa mucho eso, pues los animalitos son de Dios ( y porque, finalmente, qué son unas cuántas pulgas y suciedad en comparación a toda la más grotesca mugre y porquería que podría existir en el alma de un solo hombre?)

Y nosotros...nosotros, si pudiésemos, lo llevaríamos con un veterinario a que lo cure para que no se rasque tanto y llore mientras lo hace (pues sufre, y nos apena), y lo tomaríamos adoptado. Porque, cada día, sin querer y queriéndolo, se va volviendo más parte de nuestra vida, se va convirtiendo en nuestro pequeño gran compañero…

Talvez, en el fondo, sólo sienta nos tenga a nosotros, como nosotros, sentimos, lo tenemos a él.


Talvez, en el fondo, tenga el alma que yo tengo, aquella que te hace mirar, humildemente hacia arriba, esperando poder dar y recibir amor...


Él es yo, en mi más real paralelo.

domingo, 4 de enero de 2009

Bastardos.


Una varilla, un cigarrillo consumiéndose, creandole aquella hermosa silueta a mi sombra volteada, apartada de mí, virada hacia un lugar donde la oscuridad le hace las veces de tentadoras luces escarlata. Como bellas dosis de heroína dorada, así la luz atrae entreverada mi sombra exaltada.

No hay vacío, no hay atisbo de espacio. Aquel limbo donde mi sombra juega a ser silueta de dioses abandonados no reconoce el tiempo - aquel invento que nos hace fenecer 7 veces 7, cada día, desperdiciando cada amanecer -, su sendero está pintado con lágrimas de vírgenes clandestinas, aquellas enigmáticas muchachas cuya belleza las hace dignas del esclavismo tanto en cielo como en infierno: bellas musas de ningún sol.

Un murmullo, un quejido al revés del espejo. Un soplido frío que desata las histerias de cada pared en la habitación.

Un quejido al reverso del espejo... En él, mi imagen, repetida hasta el hartazgo, ha empañado sus difusos límites entre lo real y su paralelo, y ahí, mi rostro deshauciado de antología, recorre los espacios del ahumado recuadro, dejando huellas tan espantosas como los labiales de las putas más baratas...vulgares y grotescas. Beldades del horror que disfrutan del amor por unos cuantos centavos...


Vienen ya a jugar los bastardos. Traen consigo tabletas de mi piel esculpidas con cada pasaje de mi historia, de una deteriorada travesía hacia ninguna parte.

Se asedia la habitación, mientras mi sombra huye a esconderse en el rincón de las almas sacrificadas por los alados.


Aquí están, con silencio ruidoso, con sus rostros vivos de muerte, de decadencia y carnaval fatal.

Ruído de pasos que no tocan el suelo, ruído de final sin comienzo, ruído de años regalados al viento carente de gravedad y sentido, ruído de mentiras sin escándalo ni culpables, ruído de un mago que al sacarse el sombrero, no encontró su cabeza.


Aquí están los bastardos, sacerdotes de lo místico, padres del alma de quien nunca debió ser; su silencio es la melodía de la locura, de aquella fascinación por el desenfreno y la psicosis, que convierte la esencia de la claridad en un soplido ténue...


Aquí están los bastardos, y su ejército es invisible. Juegan a ser la angustia de los deprimidos, la culpa del inocente, y la necesidad del hombre. Juegan a ser el vacío que hará de esta noche el murmullo de un hermoso himno sin coro.

Ellos cantan tras de mí, sus melodías son plenas como mil mares, como historias repetidas sin letra -siempre nuevas, siempre silencio- como el dolor de la hermosa imperfección y la magnificidad de un dios enfurecido con su hijo más amado.


Uno, dos, tres. Cuentan: uno, dos, tres. Cuán sublime puede ser la sensación de morir si el placebo llamado esperanza deja de ser transeúnte dentro de un ser sin sentido, cuán exquisita podría ser la sensación de abandonarse a uno mismo, sin cuadros ni reflejos?...


Una varilla, un cigarrillo consumido y mi sombra aniquilada, hecha moho debajo del espejo. En él, ya no es mi figura la que inventa círculos para encontrar razón en las distintas imágenes de mí. He dibujado otro rostro en el espejo, me confundo en él. Me diluyo en él. Pierdo mi escencia tras de él.

Pierdo mi palabra y letra. Aquel rostro que venía a llamarme desde el espejo ha partido vencido por la tentación de convertir en algo mejor la vida de cualquier otro ajeno.

De cualquier otro, a excepción de mí.



Uno...

dos...

tres...



Allá se alejan los bastardos...
*No despertaré más. No resistiré ya el asalto de las grandes olas que vienen del paisaje dichoso que tú habitas. (No todos tenemos la suerte de sufrir con encanto...de ser amigos del mar y regalarle letras que son sólo exclusión para quienes más desean permanecer eternamente en el fondo de sus limpias aguas...)

domingo, 12 de octubre de 2008

Una Ardilla sabia me dice al oIdo, a gritos pero clarito...


Dejar de sufrir, - cuando ese hobby es como la creación del poema más bello para el poeta, es decir, cuando más allá de un hobby, es una tarea que se ha aprehendido por pura pasión, pero se encuentra tan enclavada en el ser que la rutina la convierte y desprovisa de aquella delicia genuina, encontrada en aquel mucho, muy primer momento - me viene siendo una tarea sumamente difícil, y es que claro, esta forma tan bella, apasionada de ser, es fantástica, pero también es doliente - es pura - (será pura?). Y así, intento ir sintiéndome mejor.



Aquí algunas cosas que en viajes he encontrado: bellos tesoros que todos debemos tomar en cuenta ya que, nunca se debe ignorar la hermosa enseñanza de un pequeño (inmenso!!!) ser que, buscando alimento, encontró aquella nuez que le abrió las puertas hacia el Universo:



Yo, tú. Uno y el universo. Uno mismo. Uno mismo y el Universo.



Uno es el Universo.



:



La culpabilidad es inútil. El error está permitido, siempre que se cometa una sola vez y dentro de una búsqueda SINCERA de conocimiento. Ésa es la condición humana: El hombre busca el conocimiento, y qué es el hombre en busca de algo sino, por definición, un ser errático? El error es parte integrante del camino. Abandonemos cualquier experiencia negativa, pero sin arrepentimiento alguno: PARA HACER UNA TORTILLA HAY QUE ROMPER LOS HUEVOS.



(o las nueces :D )



***



Lo importante es que nuestras energías destructivas, que de todas maneras cuando permanecen estancadas nos carcomen por dentro, puedan ventilarse en una expresión canalizada y transformador. La alquimia de un acto logrado transmuta las tinieblas en luz.



(Sólo necesité escribirlo, yo soy así, metódica, necesito escribirlo para recordarlo, para hacerlo entrar por mis dedos y expulsarlo nuevamente hacia el mundo. Hacia mí nuevamente. He aquí mi diario, he aquí yo desnuda, imperfecta, más bella que nunca. Inocente, calculadoramente humana, mucho más equivocada que nunca, como siempre. Siempre errando, ensayando, aprendiendo, construyendo.



Este es un hermoso diario. Esto soy yo.)