Orejitas vino de algún lugar especial, pues es un perrito chusco, pero tan chusco, que esa "chusmería" tan tierna de la que goza le da el más hermoso pedigrí. Es el perrito recogido de los vecinos, esos desalmados que lo dejan en la calle. Al parecer se llama Lucky, pero mi papá le puso orejitas una vez que lo vio cuando vino a visitarnos.
Sí, Orejitas tiene una oreja siempre parada -por defecto-, la otra, completamente en viceversa (caída), mientras su caminar es siempre en diagonal. Es como un pequeño niño que nació con la "limitación" del no poder bien andar y, bajo aquella desigualdad, la vida le regaló la impresionante cualidad de ser un animalito excepcional. Es un lider sin seguidores, es un guardián sin amo, es un amigo que pareciese nadie quiere tener - a excepción de nosotros - es un observador de la nada, contemplándolo todo -sabiamente en silencio- y siempre con aquella expresión de cierta inocencia e incertidumbre. No mueve la cola, pero dice hola, te quiero, chau, ven, vamos, espérame, con su ladrido tan inocente, tan "mal hecho" para un perro callejero... tan "asusta a nadie".
Orejitas pareciese querernos más que a sus dueños, nos acompaña al paradero, y lo dejamos entrar a casa así se lacere el cuerpo de tanta pulga o suciedad que tenga encima. No nos interesa mucho eso, pues los animalitos son de Dios ( y porque, finalmente, qué son unas cuántas pulgas y suciedad en comparación a toda la más grotesca mugre y porquería que podría existir en el alma de un solo hombre?)
Y nosotros...nosotros, si pudiésemos, lo llevaríamos con un veterinario a que lo cure para que no se rasque tanto y llore mientras lo hace (pues sufre, y nos apena), y lo tomaríamos adoptado. Porque, cada día, sin querer y queriéndolo, se va volviendo más parte de nuestra vida, se va convirtiendo en nuestro pequeño gran compañero…
Talvez, en el fondo, sólo sienta nos tenga a nosotros, como nosotros, sentimos, lo tenemos a él.
Talvez, en el fondo, tenga el alma que yo tengo, aquella que te hace mirar, humildemente hacia arriba, esperando poder dar y recibir amor...
Sí, Orejitas tiene una oreja siempre parada -por defecto-, la otra, completamente en viceversa (caída), mientras su caminar es siempre en diagonal. Es como un pequeño niño que nació con la "limitación" del no poder bien andar y, bajo aquella desigualdad, la vida le regaló la impresionante cualidad de ser un animalito excepcional. Es un lider sin seguidores, es un guardián sin amo, es un amigo que pareciese nadie quiere tener - a excepción de nosotros - es un observador de la nada, contemplándolo todo -sabiamente en silencio- y siempre con aquella expresión de cierta inocencia e incertidumbre. No mueve la cola, pero dice hola, te quiero, chau, ven, vamos, espérame, con su ladrido tan inocente, tan "mal hecho" para un perro callejero... tan "asusta a nadie".
Orejitas pareciese querernos más que a sus dueños, nos acompaña al paradero, y lo dejamos entrar a casa así se lacere el cuerpo de tanta pulga o suciedad que tenga encima. No nos interesa mucho eso, pues los animalitos son de Dios ( y porque, finalmente, qué son unas cuántas pulgas y suciedad en comparación a toda la más grotesca mugre y porquería que podría existir en el alma de un solo hombre?)
Y nosotros...nosotros, si pudiésemos, lo llevaríamos con un veterinario a que lo cure para que no se rasque tanto y llore mientras lo hace (pues sufre, y nos apena), y lo tomaríamos adoptado. Porque, cada día, sin querer y queriéndolo, se va volviendo más parte de nuestra vida, se va convirtiendo en nuestro pequeño gran compañero…
Talvez, en el fondo, sólo sienta nos tenga a nosotros, como nosotros, sentimos, lo tenemos a él.
Talvez, en el fondo, tenga el alma que yo tengo, aquella que te hace mirar, humildemente hacia arriba, esperando poder dar y recibir amor...
Él es yo, en mi más real paralelo.
2 comentarios:
si, mas perros y menos personas.
te besare en cuanto despiertes :)
más iggy pop
Publicar un comentario